antigua roma
Antigua Roma en latín, Antigua Rōma designa la entidad política unitaria surgida de la expansión de la ciudad de Roma, que en su época de apogeo llegó a abarcar desde Gran Bretaña al desierto del Sahara y desde la península ibérica al Éufrates. En un principio, tras su fundación según la tradición en 753 a.c., Roma fue una monarquía etrusca. Más tarde 509 a.c. fue una república latina, y en 27 a.c. se convirtió en un imperio. Al período de mayor esplendor se le conoce como pax romana, debido al relativo estado de armonía que prevaleció en las regiones que estaban bajo el dominio romano, un período de orden y prosperidad que conoció el Imperio bajo la Dinastía de los Antoninos (96-192) y, en menor medida, bajo la de los Severos 193-235. Constituye un elemento crucial del desarrollo de Occidente, y más tarde también de Oriente.
El concreto:
Claro que, en gran medida, sus construcciones fueron tan consistentes por otra de sus más grandes invenciones: el concreto o el hormigón. Icónicas edificaciones magistrales, tales como el Coliseo, el gran Panteón o los propios acueductos que mencionaba recién, fueron construidas con concreto, siendo éste material una clave fundamental que, de hecho, aún hoy debemos agradecer.
El periódico:
La civilización romana era bien conocida por sus debates públicos, especialmente por contribuir
mediante la transmisión de las noticias en cuanto a cada detalle respecto a los aspectos militares, legales y civiles del imperio. Para ello, los romanos crearon lo que fue la primer forma de periódico o noticiero: la llamada Acta Diurna o “actos cotidianos”. Consistían en placas de roca y metal tallado en donde se comunicaban las noticias más importantes del día, que comenzó a entregarse entre los romanos próximo al 120 a.c.
Los Acueductos:
Los romanos fueron constructores excepcionales. Entre sus tantas innovaciones edilicias, fueron quienes inventaron los acueductos que, desarrollados cerca del 312 a.C., fueron un verdadero baluarte para el surgimiento de grandes ciudades del imperio. Los acueductos romanos permitieron transportar atravesando largas distancias, mejorando la salud pública y obviamente, el saneamiento. Quizá lo más sorprendente es que muchos de aquellos acueductos se construyeron tan, pero tan bien, que aún hoy siguen en pie.
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